miércoles, 18 de junio de 2014

Malamadre

Me he pensado mucho si escribir este post o no. 
Me estoy arriesgando a que me quiten la custodia de mis hijas por malamadre. 
Si algún asistente social lee esto, por favor que tenga en cuenta las noches en vela acumuladas. Muchas de ellas acarreando colchones en medio de la silenciosa madrugada porque "mamá, quiero estar contigo" y si tres son multitud, imagínese usted cuatro en una cama. Además una de ellas tiene aptitudes para el fútbol y se lleva toda la noche entrenando, confundiendo mi barriga (o mi espalda) con un balón. 
Las dos quieren que les de la mano, y el contorsionismo que practico para contentarlas me produce serias contracturas que no me puedo tratar por falta de tiempo. Porque sí, señor asistente social: soy madre 24 horas al día durante los siete días de la semana. Sin derecho a vacaciones ni a días libres. Tenga usted piedad. 
Y si el rollo que le he soltado no cuela, todo lo escrito a continuación es producto de mi imaginación. Si algún hecho o personaje coincide con la realidad, es puritísima casualidad. 
Dicho esto, voy al grano. 

Resulta que como deducirán ustedes del párrafo anteriormente escrito, las noches en Villachurri son de lo más moviditas. 
Y si yo fuese como la mayoría de los mortales, que con ocho horitas de sueño van listos, pues igual con un buen café mañanero estaba el asunto solucionado. Pero es que yo con menos de diez horas no soy persona. Las ojeras me llegan a los pies, vivo en un estado comatoso contínuo y me está empezando a salir joroba. 

Mi churri fue listo y se mudó al sofacama. Pero yo seguía al pie del cañón. "No hay dolor!", me repetía una y otra vez (para darme ánimos). Pero sí que lo había. 

Es por ello que ese día me levanté con ganas de cambiar el mundo. Acabar con la corrupción, con el paro, con el mal de ojo que le han echado a la Roja este año y con las noches en vela. Así que como las casas no se empiezan por el tejado, decidí empezar por eso último. Y ni corta ni perezosa me dirigí a la mayor y le dije: "Rubia, tú quieres la muñeca Elsa de Frozen de la tienda Disney, verdad?" Claro que la quería. "Pues si te quedas en tu cama por las noches, es tuya". 

La niña no sabía si iba en serio, o le estaba dando coba. Y es que la chiquilla lleva pidiendo la muñeca desde que vió la película allá por el mes de Enero, si mal no recuerdo. 

Llamé a la tienda Disney más cercana para que me asegurasen cuando iban a tener la muñeca, y mi hija y yo quedamos en que si se quedaba en su cama por las noches hasta esa fecha, se la compraba. A la chica le prometí comprarle Anna, aunque por ella no daba un duro, no os voy a engañar. 

Pues la mayor desde el primer día no volvió a hacerme una visita nocturna. La chica sí, pero cuando vió que iba en serio y que todos los días apuntaba el nombre de su hermana como que lo había conseguido y el suyo no, dejó de venir. 

Sí amigos. Cinco días me he tirado durmiendo a pierna suelta. Con una cama de matrimonio pamisola y los niveles de melatonina por las nubes. Qué pronto se nos acostumbra el cuerpo a lo bueno...

¿Os he contado que mi hija es tauro? Tauro de nacimiento, sí. Cabezona, testaruda. De las que como quieran algo no paran hasta conseguirlo, aunque la salud le cueste. 

Esta mañana cuando la desperté para ir al cole tenía fiebre. Le dolía la garganta. Toda la noche (me dijo) se había llevado con el dolor, despierta porque se encontraba mal. 

Cuando le pregunté porqué no me había avisado me dijo que porque quería ganarse la muñeca. Cinco años señores. Esta niña promete. 

Después de hartarme de llorar repitiéndome una y otra vez lo malamadre que soy mientras me fustigaba con un látigo y me quemaba las plantas de los pies con un puro, hablamos y le dije que si estaba mala, esa noche no contaba para la muñeca, que me avisara. 

Así que aquí termina la historia de una madre que se creía más lista que el hambre y quería cambiar el mundo.
Ella siguió maldurmiendo, España perdió el mundial y del paro y la corrupción mejor no hablar. 

 Al menos puedo decir... "¡Que me quiten lo dormío!!"

Hasta otra amig@s!!

lunes, 26 de mayo de 2014

Galletas fáciles y rápidas

Hoy quería compartir con quien me lea una receta para hacer galletas que utilizo mucho por lo fácil, sana y rápida que es. 
Fácil porque son ingredientes que solemos tener en nuestra cocina y si queremos, podemos hacerla a mano porque no es una masa complicada. 
Sana porque en lugar de mantequilla lleva aceite (yo lo utilizo de girasol por su sabor suave, pero si a alguien le gusta un sabor más intenso puede utilizar el de oliva)
Rápida porque no es necesario el tiempo de reposo de la masa. Si tenemos media horita la dejamos en el frigo envuelta en papel film, y si no a hacer las galletas y al horno!

Ahí va la receta:

Ingredientes
- 100 gr azúcar
- 2 sobres azúcar vainillado
- 100 ml aceite
- 1 huevo 
- 220 gr harina
- 1/2 sobre de levadura
- 1 pizca de sal

Procedimiento 
1. Batir el aceite con el azúcar y el azúcar vainillado
2. Añadir el huevo y batir hasta que la mezcla espese
3. Tamizar la harina, la sal y la levadura e incorporar. 
4. Hacer bolitas con la masa y aplastarlas en la bandeja del horno, dejando una distancia prudencial entre ellas para que no se peguen al cocerse. 
5. Si quieres, puedes añadirle sésamo, avena o alguna cosita que te guste por encima antes de meterlas en el horno. Prueba a "rebozarlas" en sésamo antes de hornearlas, están riquísimas. 
6. Hornear a 180 grados durante unos quince o veinte minutos dependiendo del horno. Ñ

Cuando las hago no me da tiempo ni a que se enfríen, porque vuelan!

Espero que os guste!

martes, 15 de abril de 2014

Todo tiene su precio

Pero todo todito. 

Si vas al supermercado a por pan, hay que pagarlo. 
Si lo que quieres es combustible para el coche, ídem de lo mismo.
Hasta si lo que pides es un favor, te lo terminan cobrando.
Porque la vida es así. Hasta los errores se pagan.

Yo en casa si limpio el baño, tambien lo pago. Y por preparar el almuerzo, por quitar el polvo, por pasar la aspiradora... Y no, no tengo asistenta del hogar. 

Justo acabo de dejar el salón niquelao, cuando tengo que volver a enrollar un rollo de papel higiénico en el baño. Entero. 
Que lo que quiero hacer es preparar el almuerzo, luego toca secar la alfombra del salón porque han vaciado dos litros de agua en ella. Secar dos litros de agua en una alfombra no es trabajo fácil, no. 
Que estoy haciendo las camas, pues empapan una toalla en el bidé y quieren fregar el suelo con ella. El suelo que yo acababa de fregar.
Tender la ropa? Se pintan la cara con rotuladores. O me asaltan mi caja de maquillaje.
Barrer? Desparraman el contenido del recogedor por doquier.

Tambien me ha pasado de entrar en el cuarto de la lavadora y que estuviera funcionando. Y la secadora tambien. Vacías!!! Y yo no las había encendido!!! Y que mientras me estoy planteando la presencia de espíritus o extrañas energías en mi hogar, llegue la chica y me diga "yo tambén ze, mami". 

Paciencia...


miércoles, 12 de febrero de 2014

El cangrejo español

No hay respeto. No hay tolerancia. Y esa es la base de la mayoría de los problemas. 

Endurecimiento de la ley del aborto. Catolicismo en estado puro. Catolicismo por cojones. 

Ayer leí el comentario de una señora en un post en referencia a la dichosa ley. Decía que estaba encantada con la ley, porque ella iba por el séptimo y "más feliz que un regaliz". 
Otras decían que cómo se podía romper la magia de un embarazo. 
También estaban los típicos comentarios comparando el aborto con un asesinato. De estos últimos cabe suponer que si han tenido la mala suerte de sufrir un aborto espontáneo, habrán dado santa sepultura al feto que no pudo ser bebé. 

¿Qué magia cabe en un embarazo no deseado? 
¿Qué le importa a una mujer embarazada que por los motivos que sean no quiere ser madre, que una señora vaya por su séptimo hijo, por más feliz que un regaliz que esté? 
¿Cuán triste debe ser, ser un hijo no deseado?

Nos la repampinflan el respeto y la tolerancia porque estamos demasiado ocupados queriendo imponer a los demás nuestras propias ideas y opiniones. 

Desgraciadamente son muchos los problemas que atañen a nuestro país en los tiempos que corren. Y a los políticos de turno no se les ocurre otra cosa que ocuparse de reducir los pocos derechos que nos van quedando. 

Es estupendo que haya madres que quieran parir como conejas. Igual que sería estupendo que si una mujer que no quiere ser madre se queda embarazada, pueda interrumpir ese embarazo con todos los niveles de seguridad y sanidad necesarios. 

Sería estupendo que respetásemos y se nos respetara. 

Lo siento mucho por todos esos niños que terminarán malviviendo en centros de acogida porque sus padres no podían mantenerlos. O no querían. 
Tambien lo siento por los padres que tendrán hijos con malformaciones graves y quedarán confinados a los hospitales hasta que esos hijos descansen en paz. O no.

Para atrás ni para coger impulso, dice el refrán. Pues esto parece una carrera de cangrejos. 



sábado, 25 de enero de 2014

Visita inesperada

Llevaba tiempo dándole vueltas al tema. Sabía que el momento se acercaba y antes o después tendría que coger al toro por los cuernos. Además, lo ideal era hacerlo cuanto antes para que llegado el verano estuviese más que controlado. Y es que no es lo mismo hacerlo en la tranquilidad de tu casa, a que te pille de viaje o hacerlo en casa ajena (por muy familiares tuyos que sean). 

Como conté en el post anterior, el Sr. Murphy se ha liao la manta a la cabeza y me las está haciendo pagar todas, intereses incluidos. No obstante, soy de las que intenta ver lo positivo de cada situación y aprovechando la reincidente clausura temporal que sufrimos debido a la gastroentegripe (y no me he equivocado de vocablo) de Claudia, decidí que era el momento. "¡Ahora o nunca!" me dije con determinación, decidida a limpiar todos los pises que hicieran falta. Y así, el miércoles empezó el proceso de desempañalamiento de Carlota. 

Tengo que reconocer que me sorprendió gratamente como la niña se iba desenvolviendo sin esa capa de celulosa pegada al trasero. Al fin y al cabo, ha convivido con ella desde que nació... Aún así algún que otro momento de escape tuvo, que no le vamos a pedir peras al olmo. Pero ahí estaba yo dispuestísima, haciendo el cambio de indumentaria preciso y recogiendo los charquitos pertinentes, sin olvidarme de controlar la temperatura de la mayor y administrarle la dosis de medicamento necesaria. 

Con lo que yo no contaba es con que la gripe de Claudia venía acompañada por doña gastroenteritis, que al parecer este año se llevan muy bien y van juntas a todas partes: mi casa incluida. 
Lo intuí cuando empezó a quejarse de dolor de barriga. Casi me atreví a prediagnosticarlo al oler las ventosidades que salían de su lindo culete. Pero cuando no me quedó la más mínima duda fué cuando, con cara de preocupación, me soltó un "mamá, me he cagao". 

Así que a los pises de la recién desempañalada, se le unieron las cacas diarréicas de su hermana, que por cierto salían a su antojo de sus posaderas sin importarle si la niña estaba ya sentada en el inodoro, o todavía no. No, la mayoría de las veces no lo estaba...

Al parecer nuestro periodo de enclaustramiento se va a alargar algunos días porque Carlota le ha cogido cariño a los virus de su hermana y los ha invitado a quedarse un poquito más. 

El viernes estoy yo quemando romero. Alguien que me deje una arbusto, por favor. 

miércoles, 22 de enero de 2014

Mamá 7x24 a secas.

Para mi familia, el 2013 fué un año genial en lo que a salud se refiere. Bueno, menos para mi churri, que el pobre iba de una en otra. Pero no eran cosas graves y yo soy muy fan del refrán que dice: "Dios mío, Dios mío: salud pa mí y trabajo pa mi marío". Así que lo dicho: un año genial. 

Pero iba terminando el año allá por finales de diciembre, que se me ocurrió comentarlo con él en plan "oye churri, hay que ver qué año tan bueno llevan las niñas". 
Pero no quedó la cosa ahí. Encima, me eché flores a mi misma: que si hay que ver lo sanas que están, que si eso seguro que es por lo bien que comen, que claro, con lo que me preocupo yo de que coman fruta y verdura, y lo que descansan, que menos cuando se ponen porculeras son marmotas... Y así un largo etcétera de lo bien que lo hago y que claro, eso se nota y las defensas de las niñas pues por las nubes que están. 
Vaya, que en un alarde de narcisismo y modestia aparte, ni el actimel era comparable con mis dotes como madre a la hora de ayudar a las defensas de mi descendencia. 

Pues si todo aquello se me ocurrió soltarlo un día 19 (de diciembre), justo el 20 empezó la ley de Murphy a caer por su propio peso: la mayor con fiebre. 
Al día siguiente se le pasa, por lo que pensé que las vitaminas de tanto zumo de naranja mañanero estaban dando resultado. Pero ahí estaba la chica tomando el relevo. 
"No perdamos la esperanza", recuerdo que pensé. "Esto es una crisis pasajera". Y de hecho, la fiebre de la menor duró un día. Pero cuando se le pasó, amaneció la hermana con urticaria: llena de habones. 

En fin... Que se le pasó la urticaria a la mayor y la pequeña empezó con fiebre alta y la pediatra recomendó enclaustramiento temporal. No había la pobre terminado el tratamiento de antibiótico cuando se levantó con otra urticaria (supongo que familiar cercano de la que tuvo su hermana) que la marcó con hematomas y nos hizo dar un paseito al hospital. Y en el último reconocimiento le han escuchado un soplito en el corazón, que aunque en principio no es preocupante, sí que tiene que verla el cardiólogo. 
Y ahora a quién le toca? Pues a la mayor, sí. Creo que es gripe, y estoy acojonada porque como me lo pegue no sé qué va a ser de mí. Y teniendo en cuenta que Mr. Murphy no me está dejando pasar ni una, me temo que ni todo el zumo de limón del mundo me va a librar esta vez. 

Así que estoy planteándome cambiar el nombre del blog y dejarlo en "mamá 7x24" a secas. Y que venga el señor del actimel a echarme una mano. Porque de súper tengo yo poco...